Aída Valiño está de vuelta en los entrenamientos y con pretensiones.

Casi nueve meses después del atropello que sufrió Aida Valiño, comienza a tener sensaciones.

Como dice el diario La Voz de Galicia, aunque llegó a tener dudas, hoy está convencida de que volverá a estar al nivel que exhibía antes de un accidente que le ha costado una larga y dura convalecencia y varias intervenciones.

Dicho diario ha podido aclarar su situación actual en esta entrevista:

» Después de momentos difíciles, me encuentro bien, con ganas. Incluso acabo de hacer mi mejor entreno de natación desde el accidente, así que estoy contentísima».

 «Me exijo mucho. Solo me vienen a la cabeza los momentos en los que estaba a tope: cuando hacía las series a buen ritmo, estaba en bici mejor que nunca y nadando bien. No pienso en los que me llevaron a estar fuerte. «

En cuanto a los primeros momentos tan duros tras el accidente, y los está alejando

«Coincidió en verano, el momento de los objetivos que había preparado. Que lleguen esas fechas y no puedas es duro. Pensaba: ¿ Tenía que estar ahí. Me había esforzado para esto ? Hubo momentos en los que decía: No mejoro, no puedo más. Me surgían dudas, aunque no en el sentido de dejar el deporte, porque si de algo no soy capaz es de eso»,

«No tengo ninguna carrera concreta como objetivo para volver, pero sí unas cuantas que me gustaría hacer, hacia mayo».

Aun así su estado actual, no es el mejor en cuanto a dolores

«Depende de lo días. Si me paso entrenando, me molesta todo. Luego está el dolor en el costado, pero al haber estado tanto tiempo parada es normal. Siento miedo y veo cosas donde no las hay, pero tengo que luchar por seguir ahí. No me quería pegar a rueda, pensaba en qué pasaría si el compañero de delante se caía… Voy atenta a todo».

Además por la mañanas ejerce su profesión de enfermera

«Al mediodía nado, dos tardes tengo clase y el resto entreno; a veces la cabeza no sabe hacia dónde ir. Creo que como enferma no era mala, no me quejaba mucho, pero valoro más este trabajo después de haberme visto sin poder siquiera comer sola. Hay días que estoy de bajón y me cuesta. «