Un aplauso para los finishers de IRONMAN Vitoria
Los participantes del IRONMAN VITORIA tuvieron un comportamiento ejemplar pese a las adversidades.
Ayer IRONMAN volvía tras un largo periodo de inactividad Covid a la Península, fue con el IROMAN Vitoria. Lejos del bullicio del centro de Vitoria, la prueba regresó a sus orígenes en el escenario del Buesa Arena, a las afueras de la ciudad.
Todo más tranquilo, con los allegados como espectadores. Los circuitos una vez comprobados los Stravas salían clavados 181 km en bici y 42,200 a pie.
Poco más de 700 participantes en la línea de salida, de los que finalmente 568 lograron pasar la línea de llegada convirtiéndose en finishers, a falta de PROS los GE fueron los protagonistas. Fue un día duro, pues de los 13 grados que había en los momentos de la salida se llegó a 32 en la maratón.
Los participantes tuvieron un comportamiento ejemplar, primero tuvieron que esperar 1 hora y media de retraso para conocer que pasaría con la natación, sin protestas y con un ambiente distendido durante la espera, conscientes que no se veía a 50 metros dentro de las aguas del pantano de Landa.
Comprendieron que en esos momentos la natación era inviable. El triatlon ha cambiado en la última década, seguramente en los 80 y los 90 se hubiera nadado, pero hoy en día con la normativa existente a nivel general de seguridad, no era posible la natación. Nadie questionó que con esa visibilidad cero, la natación se tenía que suprimir.
Probablemente hubo gente que hubiera preferido nadar, y seguro que los debutantes sobre todo, hubiesen preferido un full completo, pero reconocieron que la supresión de la natación fue por fuerza mayor. Así todos se cambiaron el neopreno y se prepararon para una crono de 180 km, lo hicieron en el tiempo indicado, agilizando la nueva salida.
Es aquí en el ciclismo donde el comportamiento volvió a se ejemplar, puedo dar fe de ello a pie de carretera, pasando del último al primero haciendo las tomas para el video de Triatlon Channel. No hubo drafting, ni amago de ello, las distancias eran grandes, y los grupitos puntuales y haciendo esfuerzos para disolverse.
No hizo falta que los jueces se empleasen a fondo, fueron los propios participantes los que decidieron actuar así. Es verdad que en otras ediciones de Vitoria se podían ver grupos brutales, pero en esta ocasión, el juego limpio premió.
Enhorabuena a todos