Alberto Bravo, retorno a la vida con extravagante historia

Campeonato de España + osorada + la historia de la medallita repudiada.

Hace unos días Alberto Bravo fue atropellado por un drogadicto mientras entrenaba. Afortunadamente sus lesiones físicas no fueron de mucha gravedad, le dejaron KO unos días pero pese a ello se plantó en el Mediterranean Epic Triathlon.

Sin embargo no tomó la salida en ese campeonato de España de LD pues los dolores aun perduraban. Una semana más tarde, ya sin tantos dolores, corrió el Campeonato de España de A Coruña y después se dio un homenaje para festejar que su atropello había quedado atrás.

Corrió en GE en concreto en el de 40-44, cual fue su sorpresa que se vio involucrado por la lucha por las medallas.

Durante la carrera, después de ir durante los 10 km a menos de 5 sg del tercer puesto, en el km final se relajó viendo que ya no le podía coger al 3º y que nadie venía por detrás. Comenzó a pensar en como extraería la bici de boxes, cambiarse de ropa y salir pitando para Salamanca en bici, pues era homenaje que se había preparado.

Al encarar la línea de meta Alberto se encontró parado al tercer clasificado, Nicolás Domínguez, quien lo paró y le dijo que por favor entrara él primero porque no quería subir al podio pues tenía que irse a trabajar y la entrega de medallas era muy tarde. Alberto trató de convencerle para que no hiciera eso:

«Estuvimos hablando unos 20 sg, yo tampoco quería subir al podio, aparte que no era el 3º, a mi también me causaba un trastorno recoger la medalla pues tenía que poner rumbo a Salamanca y se me iban las horas de luz. Al final lo convencí y entramos juntos a meta, no se como pero el chip me marcó a mi primero aunque hice lo posible para que fuera Nicolás el primero en entrar. Lo curioso es que luego la gente me preguntaba por el sprint que me marqué por la medalla»

Solucionada la historia de la medalla repudiada, Alberto partió en bici para Salamanca.

Ese día se metió 180 km, no le quedó otra que disculparse con la organización y con Domínguez y salir a toda prisa, durmió en un albergue de los del Camino de Santiago, en Vega de Valcarce, acabó muy fundido y a las 5 de la mañana los ronquidos de un peregrino lo despertaron. Al día siguiente se metió 290 km, reventado pero cumpliendo el objetivo.

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