Vitoria, un disfrute
Pepe Saborido nos cuenta como vivió Vitoria como espectador
Hacía varios años que no asistía a una prueba donde la esencia del tri se respira por todos los lados. Dicho de otra forma, a una prueba de larga. Los motivos, varios, y uno de ellos es porque resultan tremendamente complejas para que un aficionado pueda vivirla íntegramente. Vitoria fue, es y si todo va bien “será” diferente. He disfrutado la prueba desde una hora antes de la salida de la natación hasta bien entrada la tarde. Digo disfrutado porque no siempre quien se desplaza 800 km para ver una prueba puede disfrutarla, para ello es necesario que se den una serie de circunstancias y desde mi punto de vista Vitoria las cumple. Ningún problema de estacionamiento en el pantano, es más, se podía aparcar a escasos 50 metros de los Boxes y lo que es todavía mejor, el aficionado podía ver la natación completa, la transición espectacular de Macca y respirar la clase , tranquilidad y sensación de control de la situación de Eneko y en escasos 15 minutos y sin ningún atasco, plantarse desde la valla de la T1 a la Catedral de Vitoria ( a 100 metros de la zona de boxes de la T2) y por si no fuese suficiente, salir de la zona de carrera a pie sin ningún impedimento a lo largo del tiempo que dura este segmento es un privilegio para el aficionado y también por supuesto para la gente de la ciudad que quiere disfrutar un domingo de otra forma.
El pantano, el circuito ciclista y el recorrido de la carrera para enamorar. Sólo faltaba un condimento para que la mezcla fuese perfecta, el ambiente y éste fue insuperable. Escuchar el sonido ensordecedor a la salida de Eneko de la T2, ponía los pelos de punta, ver como la gente le indicaba a Macca en un despiste suyo la dirección correcta o poder observar la educación, respeto y saber estar de los aficionados en el duelo Eneko-Macca junto con la entrada en meta de Virginia, etc,etc,etc consiguieron que a la mínima vuelva.
Desde aquí mi enhorabuena a la organización, un polícía a un lado de una valla y enfrente otro para que el aficionado pueda cruzar sin peligro para él y para los competidores , un lujo, los voluntarios cumpliendo con creces, la proximidad con los deportistas, en definitiva todo lo que viví, para enmarcar. Los triathlones no son sólo para los deportistas, son también para la gente que se acerca a vivir lo que es la esencia del tri y ahí la Organización simplemente lo ha bordado.